Tolima le declara la guerra al Retamo Espinoso, el enemigo de los frailejones
- Tolima Stereo

- 14 sept
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Una peligrosa especie invasora, caracterizada por su extenso follaje, crecimiento rápido y por contener espinas de hasta 4 centímetros de longitud, se ha convertido en una amenaza pues podría consumir extensas plantaciones de frailejones que florecen en las zonas de páramo del norte del departamento del Tolima, las cuales hacen parte del Parque Nacional Natural Los Nevados.
Se trata del Retamo Espinoso, un arbusto que figura en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, situación que ha encendido las alarmas en las autoridades ambientales toda vez que su presencia fue detectada en ecosistemas de bosque andino, altoandino páramo y humedales de montaña en los municipios de Líbano, Villa Hermosa, Casabianca y Murillo.
El retamo produce llamativas flores amarillas y miles de semillas que el viento y la mano del hombre expanden con facilidad. Es originario de Europa y llegó a Colombia hacia los años 50 como medida para controlar problemas de erosión, pero fue utilizado como cerca viva en la sabana de Bogotá lo que originó su expansión a otras regiones.
El impacto ambiental
Estudios revelados por la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, mostraron un impacto ambiental considerable pues reduce la biodiversidad al formar densos matorrales que impiden el crecimiento de especies nativas como los frailejones, una planta emblemática de Colombia cuya función vital es la regulación del agua.
“El retamo compite de manera agresiva con la flora nativa, a la que suprime y desplaza de manera rápida, afectando el equilibrio y funcionamiento de los sistemas de páramo”, afirmó Olga Lucía Alfonso, directora de Cortolima, quien visitó con expertos la parte alta de la cuenca del río Lagunilla, en el municipio de Murillo, considerada la zona más afectada.
Otro de los expertos que ha estudiado esta problemática es el biólogo y químico, Fernando Poveda, quien describió al retamo como una planta peligrosa que modifica la composición del suelo a través de sus enormes raíces y que, además, frena la circulación de nutrientes y del agua.
También aumenta el riesgo de incendios forestales debido a la acumulación de material vegetal seco en verano.
“A su rápido crecimiento y alta tasa reproductiva, se suma otra característica preocupante toda vez que cada arbusto alcanza una producción de 20.000 semillas que se dispersan a unos 10 metros alrededor de la planta madre”, dijo Poveda.
En Líbano y Murillo se comenta que muchos de los visitantes dispersan la planta pues sus atractivas flores son tocadas y hasta cortadas para transportarlas en vehículos, lo que hace que sus semillas se expandan a otros suelos por medio de la ropa y los zapatos. La autoridad ambiental recomienda no comercializar, transportar ni sembrar el retamo espinoso, pero también es importante no tocar la planta, ni hacer fotografías a sus flores para no fomentar su popularidad.
¿Cómo erradicar la planta?
Por sus condiciones, toda vez que posee espinas y es necesario evitar la expansión de semillas, la erradicación del retamo espinoso no es fácil, toma tiempo y requiere un trabajo dispendioso, pero la buena noticia es que desde ya se dio inicio al proyecto denominado ‘Sin retamo: agua, vida y futuro’. Para esta tarea, que tiene como socios a la Universidad del Tolima, Gobernación, Cortolima y las alcaldías de Murillo y Villa Hermosa, fue firmado un convenio que contempla una inversión de 16.000 millones de pesos.
Lo que se busca, en un término de 18 meses, es erradicar más de 100 hectáreas de la planta invasora para de esa manera recuperar y conservar ecosistemas estratégicos en extensas zonas de páramo pobladas por miles de frailejones. La iniciativa, entre otros objetivos, incluye temas de educación ambiental, así como la implementación de sistemas silvopastoriles en 156 hectáreas de Murillo y 300 filtros verdes en sistemas productivos cafeteros de Villa Hermosa. Así mismo, la realización de una cumbre suramericana en defensa de la cordillera de los Andes.
Lo indicado es hacer su eliminación de manera manual y mecánica con tijeras de jardinería, guadaña, machete y motosierra. La tarea no es fácil ya que el material vegetal cortado debe quedar bien empacado para luego, de manera controlada, hacer la incineración en hornos, eso sí, contando con el permiso y vigilancia de la autoridad ambiental.








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