Perder peso puede prevenir hasta 13 tipos de cáncer, según estudios científicos: este es el impacto en la salud explicado por expertos.
- Tolima Stereo

- 22 ago
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La obesidad, identificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo clave para enfermedades crónicas, está vinculada con al menos 13 tipos de cáncer, de acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI). Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), hasta un 40 % de los casos diagnosticados anualmente podrían estar relacionados con el exceso de peso.
El impacto de la obesidad en la salud oncológica se explica, entre otros factores, por procesos inflamatorios persistentes y alteraciones hormonales.
"El riesgo de presentar cáncer aumenta cuanto más peso excesivo tenga la persona y cuanto más tiempo lo tenga", advierten los CDC.
Tipos de cáncer asociados a la obesidad
La evidencia científica señala que el exceso de grasa corporal incrementa el riesgo de desarrollar los siguientes cánceres:
Adenocarcinoma de esófago.
Cáncer de mama (postmenopáusico).
Cáncer de colon y recto.
Cáncer de útero.
Cáncer de vesícula.
Cáncer de estómago.
Cáncer de riñón.
Cáncer de hígado.
Cáncer de ovario.
Cáncer de páncreas.
Cáncer de tiroides.
Meningioma.
Mieloma múltiple.
Los CDC subrayan que el riesgo aumenta proporcionalmente con la cantidad y la duración del exceso de peso. Se estima que más del 90 % de los nuevos casos relacionados con la obesidad aparecen en personas mayores de 50 años.
Pérdida de peso y prevención: el impacto metabólico
Adoptar una dieta equilibrada y realizar ejercicio regular son estrategias fundamentales para reducir el riesgo de cáncer vinculado a la obesidad. Además, se ha demostrado que los agonistas del receptor GLP-1 —medicamentos como la semaglutida y la tirzepatida— apoyan significativamente este proceso.
Estos fármacos imitan una hormona intestinal que regula el apetito y los niveles de glucosa. De acuerdo con la Mayo Clinic, permiten una pérdida de peso de entre el 10 % y el 20 %, y mejoran parámetros metabólicos como la inflamación, la resistencia a la insulina y la acumulación de grasa en el hígado, todos asociados con un menor riesgo de cáncer.
Estudios recientes avalan los beneficios clínicos
Un análisis publicado en Nature Medicine en 2024 concluyó que personas con obesidad que usaban agonistas GLP-1 presentaban un menor riesgo de ciertos cánceres gastrointestinales frente a quienes solo recibían tratamiento convencional para la diabetes.
Otro estudio, difundido en 2023, señaló que la pérdida de peso sostenida reduce la producción de estrógenos y agentes inflamatorios, mecanismos clave en la formación de tumores.
La Harvard Medical School explica que la disminución de grasa corporal reduce los procesos inflamatorios y hormonales vinculados al cáncer. También se investiga si estos medicamentos podrían tener efectos directos sobre células tumorales.
Consideraciones sobre el uso de medicamentos
Aunque los beneficios son prometedores, expertos advierten que no deben considerarse una “vacuna contra el cáncer”. Su uso debe estar indicado únicamente para el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, siempre bajo supervisión médica.
Una investigación de la Universidad de Indiana, publicada en JAMA Oncology, indicó que estos fármacos reducen el riesgo de cáncer de endometrio, ovario y meningioma, aunque sugirió un posible incremento en la probabilidad de cáncer renal. Si bien este riesgo fue considerado insignificante, los investigadores subrayaron la necesidad de estudios a largo plazo para comprender mejor los efectos secundarios.
Uno de los hallazgos más inesperados fue la disminución en la tasa de cáncer de pulmón, posiblemente relacionada con un efecto positivo de estos fármacos en el control de adicciones como el tabaquismo.
Una vía prometedora
Los hallazgos actuales apuntan a una conexión sólida entre la reducción de peso corporal y la disminución del riesgo de varios tipos de cáncer. Aunque se requieren más estudios clínicos de largo plazo, la evidencia preliminar abre una vía prometedora para la prevención oncológica en personas con obesidad.
Fuente: eltiempo.com








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