
Uno de los temas que sigue dominando las conversaciones por estos días es el auge de las compras en plataformas chinas como Temu y Shein. Los usuarios comentan desde la calidad y confiabilidad de sus productos, la variedad y hasta los bajos precios que ofrecen.
Sin embargo, aunque estas plataformas se han convertido en una tendencia entre los consumidores, de todas las edades, su impacto podría representar un desafío para los comerciantes y pequeños negocios del país.
Recientemente, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, manifestó que este tipo de plataformas internacionales “se han convertido en una competencia ilegal y desleal con el comercio organizado de Colombia”. Además, sostuvo que cada día se importan muchos más productos a través de estas plataformas, cuyas compras por menos de 200 dólares, “entran a Colombia sin pagar IVA, ni aranceles, según lo que indica la ley”.
“Adicionalmente hay un agravante y es que amparados en una mala interpretación que hace la misma Dian sobre el TLC se ha favorecido una triangulación de productos asiáticos que llegan desde Estados Unidos pero que son realmente fabricados en países como China. Se estima que la cifra alcanza los 3 billones de pesos: dos billones de pesos por contrabando y cerca de un billón de pesos por paqueteo. El contrabando, especialmente de confecciones y calzado, es un flagelo que sigue creciendo en el país, con millonarias pérdidas para el comercio, la industria nacional y el Gobierno”, explica Cabal.
El representante del gremio de comerciantes advirtió que el auge de estas plataformas no solo está afectando las ventas del comercio local, sino que también podría impactar negativamente en el recaudo de impuestos.
Por esta razón, solicita a las autoridades reducir los aranceles a las confecciones del 40 % al 15 %, su nivel original. “Como lo advertimos en su momento, esta medida solo ha impulsado el contrabando, beneficiando a los contrabandistas. Es ingenuo pensar que elevar los aranceles al 40 % fomentaría la producción nacional; por el contrario, desde la implementación de esta iniciativa gubernamental en diciembre de 2022, llevamos dos años de caída”, afirma.
Made in China
Según datos del Dane, entre enero y noviembre de 2024, las importaciones de productos provenientes de China, como computadoras, celulares y otros artículos, alcanzaron los US$ 14.487 millones, lo que representó un incremento del 16,8 % en comparación con el mismo período de 2023 (US$12.408 millones).
Al desglosar por subgrupos, la importación de computadores portátiles ascendió a US$692,56 millones, reflejando un crecimiento del 27 % frente al mismo período de 2023. Las importaciones de celulares aumentaron un 12 %, alcanzando los US$1.342 millones. Por su parte, la categoría "Demás" experimentó un incremento del 16,8 %, sumando US$12.452 millones, lo que evidencia la creciente entrada al país de otros productos como ropa, accesorios y diversos artículos.
¿Sana competencia?
Sin embargo, la masiva llegada de productos asiáticos al país a través del comercio electrónico, aunque ha fomentado la competencia y ha acelerado la adopción de herramientas digitales entre los consumidores, también está generando preocupación entre los comerciantes de zonas como San Victorino en Bogotá, quienes ya enfrentan sus efectos negativos.
Para Yansen Estupiñán Torres, miembro de la Junta de AsoSanVictorino y gerente general de Neos Centro Comercial, el impacto de plataformas como Shein, Temu y Alibaba en el sector de la confección y en la venta de prendas de vestir ya es evidente. Según señala, la afluencia de compradores ha disminuido notablemente, reflejando los efectos de esta nueva dinámica de mercado.
“La afectación que estamos enfrentando es considerable y su impacto se sentirá con más fuerza en 2025 y 2026, especialmente en el comercio y en las familias que dependen de la confección. Estas plataformas están desplazando a los mayoristas de diversas regiones del país, ya que los productos chinos llegan directamente al consumidor final. Como resultado, muchos comerciantes han dejado de venir a San Victorino a abastecerse”, advierte Estupiñán.
Según el dirigente, han acudido al Ministerio de Comercio en busca de soluciones que eviten la quiebra de negocios locales. “Si no se toman medidas, más de un millón de confeccionistas en el país podrían verse afectados. Esto requiere una intervención desde el Legislativo, con la implementación de nuevas regulaciones, aranceles e impuestos que frenen la entrada masiva de esta mercancía”, enfatiza.
María Fernanda Quiñones, presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), señala que el fenómeno “Temu” ha tenido tanto efectos positivos como negativos. Por un lado, ha impulsado la adopción de la digitalización entre los consumidores colombianos, facilitando la compra en línea. Sin embargo, también representa un desafío significativo para el comercio local.
“La problemática radica en que estos bienes están ingresando al país a través de mecanismos vigentes, pero diseñados para otro tipo de compras, lo que les permite evadir el pago del IVA. Esto genera una competencia desigual, dejando en desventaja tanto a los productores nacionales como a los importadores tradicionales. Si bien la competencia es bienvenida, debe fomentarse en condiciones justas”, enfatiza Quiñones.
Nuevas estrategias
Desde el Instituto Inexmoda en Medellín, se plantea que, ante este panorama, la industria local debe convertir estos desafíos en oportunidades para fortalecer su competitividad.
Para ello, las marcas nacionales deben apostar por estrategias que integren calidad, identidad y sostenibilidad en sus productos. Asimismo, es fundamental que puedan acelerar su transformación digital, adoptando modelos de omnicanalidad y personalización de la experiencia de compra. Además, Inexmoda enfatiza en la importancia de que las empresas se adapten a nuevos modelos de producción e incluso exploren mercados internacionales para diversificar sus oportunidades de crecimiento.
Según el Observatorio de Moda de Inexmoda, en alianza con Raddar y Sectorial, el Sistema Moda en Colombia tiene un tamaño de mercado de 33 billones de pesos, posicionándose como el cuarto país en consumo de moda en América Latina. Esto explica el creciente interés de plataformas extranjeras en establecer operaciones en el país, no solo para llegar a consumidores locales, sino también para consolidar a Colombia como un hub estratégico en América del Sur.
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