
Lavar los alimentos antes de consumirlos es una costumbre arraigada en muchas culturas. Desde frutas y verduras hasta carnes, muchas personas creen que enjuagar los productos con agua elimina bacterias y suciedad. Sin embargo, cuando se trata del pollo crudo, esta práctica no solo es innecesaria, sino que también puede ser peligrosa.
El debate sobre si se debe lavar el pollo crudo antes de cocinarlo ha estado presente durante generaciones. Sin embargo, especialistas en salud y seguridad alimentaria han advertido que esta práctica, lejos de ser beneficiosa, podría aumentar el riesgo de intoxicación.
La nutrióloga certificada Bren ha generado revuelo en redes sociales al afirmar que lavar el pollo crudo con agua, vinagre, limón o cualquier otro método casero es innecesario y peligroso. En un video explicó que esta práctica solo contribuye a la contaminación cruzada, una de las principales causas de infecciones alimentarias.
¿Por qué no se debe lavar el pollo?
De acuerdo con Bren, al lavar el pollo bajo el grifo, las bacterias presentes pueden esparcirse hasta 50 centímetros a la redonda, contaminando superficies, utensilios e incluso la piel de quien lo manipula.
Las bacterias más comunes en el pollo crudo incluyen la Salmonella y la Campylobacter, ambas responsables de infecciones estomacales que pueden derivar en síntomas como fiebre, diarrea y vómitos.
Esta advertencia no es nueva. Organismos internacionales como la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) han desaconsejado el lavado del pollo desde hace años. Según la FSA, las gotas de agua que salpican durante el lavado pueden diseminar bacterias en la ropa, los utensilios y las superficies de trabajo.
Por su parte, la USDA enfatiza que el pollo crudo no necesita ser lavado porque el proceso de cocción es suficiente para eliminar las bacterias presentes.
Estudios confirman el peligro de lavar el pollo
Un estudio de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) reveló que entre el 40 % y el 60 % de los pollos vendidos en supermercados contienen Campylobacter, una bacteria responsable de numerosos casos de intoxicación alimentaria.
Además, el Observatorio de Bienestar Animal (OBA) analizó 142 muestras de pollo de supermercados en varios países europeos, encontrando que el 71% estaban contaminadas con bacterias resistentes a los antibióticos.
¿Cómo manipular el pollo de forma segura?
Si lavar el pollo es contraproducente, ¿qué se debe hacer para garantizar su seguridad? Los especialistas recomiendan:
Cocinar bien el pollo: La única manera efectiva de eliminar bacterias es cocinando la carne a una temperatura interna de al menos 75°C.
Evitar la contaminación cruzada: No usar los mismos cuchillos o tablas de cortar para pollo crudo y otros alimentos. Se recomienda emplear utensilios exclusivos para la carne cruda.
Lavar las manos y utensilios: Después de manipular pollo crudo, es fundamental lavarse las manos con agua y jabón, además de desinfectar todas las superficies de trabajo.
No reutilizar marinadas: Si se marina el pollo antes de cocinarlo, se debe descartar el líquido utilizado para evitar la proliferación de bacterias.
El mito de lavar el pollo antes de cocinarlo
En muchas familias, el lavado del pollo se ha convertido en una tradición transmitida de generación en generación. Sin embargo, la ciencia y los expertos en seguridad alimentaria han demostrado que este hábito, lejos de ser higiénico, aumenta el riesgo de intoxicación.
El mensaje es claro: ni con agua ni con limón, el pollo crudo no debe lavarse antes de cocinarse. La mejor manera de consumirlo de forma segura es manipularlo correctamente y cocinarlo a la temperatura adecuada.
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