En la carrera 9 con calle 104 de la localidad de Usaquén en Bogotá, fue detenido por uniformados de la Policía, Camilo Fidel Pinzón, quien tenía una orden de captura en su contra por la desaparición y el asesinato de Helena Laserna, nieta de Mario Laserna, fundador de la Universidad de los Andes.
Gracias a las labores del Gaula Militar y el CTI de la Fiscalía, Pinzón fue capturado por el delito de desaparición forzada agravada. En octubre de 2022, un juez de Cundinamarca determinó que Camilo Pinzón era el responsable de la desaparición y muerte de la menor que sufría de autismo y fue vista por última vez en 2019.
Aunque las autoridades judiciales no conocían su paradero desde que en febrero un juez le otorgó la libertad por vencimiento de términos, Camilo Fidel Pinzón Gómez, fue condenado a 46 años de prisión.
Macabro plan
Según la investigación de la Fiscalía, Camilo Pinzón tenía todo fríamente calculado para acabar con la vida de Helena Laserna. El hombre sostenía una relación con la madre de la menor, a la que convenció de que lo acompañara a un chequeo médico que le iban a practicar en Chile, pero esto solo fue el inicio de un macabro plan en donde Pinzón solo quería beneficiarse del dinero de la familia Laserna.
Dado lo anterior, un juez determinó que María Liliana Laserna, madre de la víctima, había sido manipulada por Camilo Pinzón, quien en ese entonces era su pareja sentimental.
Según información entregada por el abogado de Liliana Laserna, la menor Helena, fue producto de una relación sentimental que la mujer tuvo con un alemán, pero desde que la pequeña nació, Liliana salió sola adelante con su hija.
En 2009, Liliana conoció a Camilo tras contratarlo para que le arreglara un electrodoméstico que tenía en su casa, sosteniendo al poco tiempo una relación con la mujer y ganándose la confianza de toda la familia Laserna, tanto así, que en 2014 le pidió permiso a Liliana para poder llevar a Helena a Chile a un supuesto procedimiento médico donde la iban a curar del autismo.
Desde ese año, la mujer nunca más volvió a ver a su hija, pero en 2016 Pinzón le aseguró que la menor había fallecido en dicho procedimiento, pero según arrojó la investigación de las autoridades, el hombre nunca sacó a la menor del país, la tenía secuestrada en Mosquera, Cundinamarca, en la casa de una prima.
Todo este macabro plan era con el fin de poder sacarle a la familia Laserna grandes cantidades de dinero para los procedimientos a los que supuestamente la menor estaba siendo sometida en Chile, y de esta manera, poder sacar a la menor del camino de su María Liliana Laserna, para este poder manejarla a su antojo.
No contento con la exigencia casi que semanal de dinero, el hombre, 20 años menor que ella, consiguió que le cumpliera todos sus deseos: viajes a Europa, carros lujosos, casas a las afueras de Bogotá, ropa de marca.
Ese mismo año, el victimario llegó a una finca con el cuerpo de la menor, asegurando a los empleados que al interior del carro había un elemento radioactivo de suma peligrosidad. A pesar de esto, uno de los trabajadores no hizo caso y decidió abrir el vehículo, encontrando el cadáver de la niña con el rostro lleno de moretones y extremadamente delgada.
Pinzón se dio cuenta de que el trabajador había descubierto el cuerpo, así que cambió su plan. En la mañana del 19 de noviembre de 2016, se dirigió al municipio para comprar gasolina, la misma que utilizó para incinerar el cadáver. Al otro día el fuego había desaparecido, procediendo a una segunda incineración para que aquel cuerpo quedara reducido a cenizas. Por eso, nunca se conocieron las causas de la muerte de Helena.
A pesar de que la madre de la menor fue absuelta en el caso, el asesinato de su hija la dejó marcada de por vida, siendo internada en una clínica psiquiátrica, pues la culpa de haber dejado a su hija en manos de quien entonces era su pareja la atormenta todos los días.
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