
El alborozo es grande en los municipios de alta montaña del norte del Tolima donde recientemente fueron hallados en los árboles numerosos rasguños y marcas que se convierten en evidencia de la presencia del oso andino, una especie que se creía extinguida en esa zona del departamento atacada por la deforestación y la ganadería.
Lo que llama la atención en que en el norte de esa región hace más de 50 años sus habitantes no veían marcas o registros que hablaran de la existencia de esa especie fundamental para el medio ambiente.
Los registros, hallados en árboles de una zona a más de 3.000 metros de altura en el municipio de Murillo, fueron detectados en un recorrido que realizaron biólogos del Parque Nacional Natural Los Nevados y de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima.
Quien tuvo la fortuna de realizar tamaño descubrimiento fue Hermes David Juez, biólogo de Cortolima, que junto con otros profesionales se desplazó a esa zona de páramo con la finalidad de explorar para encontrar señales de actividad del oso andino.
“Encontramos rasguños de trepada y marcaje que hicieron en los árboles para avisar de su presencia a otros de su misma especie”, afirmó el biólogo y calificó ese hecho “como algo maravilloso, un verdadero hallazgo” pues se trata de una zona deteriorada por el avance de la ganadería.
“Años atrás, los inescrupulosos los cazaban y mataban”, dijo.
Habitantes del norte del Tolima que fueron consultados aseguraron que desde hace años no se tenían registros claros de la presencia de esa especie por lo que celebraron el descubrimiento.
“Aún no hemos visto el primero, pero jamás imaginamos que estuviéramos acompañados del oso andino, una especie de enorme valor a la que todos debemos proteger”, dijo un campesino de Murillo.
El biólogo Hermes David Juez, quien desde hace más de 5 años se dedica a investigar y proteger esa especie, señaló que en el ecosistema de páramo y bosque andino húmedo se contabiliza la presencia de al menos 140 osos andinos en Chaparral, Villarrica y Planadas, pero las esperanzas crecen pues se logró determinar que existe otro número importante en la zona norte del departamento.
Su trabajo con el apoyo de Cortolima ha sido provechoso ya que, por ejemplo, se creía que en el territorio de Ibagué no había osos andinos pero el primer registro a través de cámaras trampa fue en 2018 en la zona de alta montaña de la cuenca del Río Combeima.
El hallazgo también evidencia el equilibrio de los ecosistemas y del cuidado ambiental que últimamente han recobrado las zonas de alta montaña del Tolima.
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