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Desde Ibagué se exige la libertad de una mujer del ejercito y dos niños secuestrados en Arauca


Un grito de angustia lanzó desde su casa en Ibagué, Gerardo Ramirez, el padre de Ghislaine Karina Ramírez, la sargento del Ejército secuestrada cuando viajaba en su carro y con sus dos hijos menores de edad hacia Arauca, departamento al que había sido recientemente trasladada.


"Yo le suplico a quien los tenga que liberen a mi hija y a mis nietos, ellos son niños", dijo Ramírez, un padre y abuelo humilde que ha sido albañil y hoy se desempeña como presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Reservas de Santa Rita, en Ibagué, Tolima.


"Mi hija también es músico. Tiene 32 años y estudió en el Conservatorio del Tolima, donde aprendió a tocar clarinete; y un día decidió ingresar al Ejército", afirmó Ramírez.


La sargento salió del municipio de Melgar a las 3 de la tarde del domingo anterior. "Yo la llamaba constantemente, pero el lunes en la tarde no supe nada más de ella", dijo su padre.


La sargento laboraba en la Base Militar de Tolemaida, en Melgar, y debía presentarse en Arauca, por lo que viajó con sus hijos de 6 y 8 años. El viaje por carretera lo hizo en un automóvil de su propiedad que no ha sido ubicado por las autoridades.


"Por el traslado a esa zona yo le dije: 'Hija, retírese del Ejército, pida la baja', pero me contestó que qué se ponía a hacer para sacar sus hijos adelante", agregó el padre de familia.


También señaló que el padre de los niños es un mayor del Ejército que trabaja en Arauca; "pero ellos no viven juntos; no hay relación de pareja pese a que hace varios años se casaron por lo civil", agregó.


"Es muy triste y doloroso todo esto. Mi nieto de 6 años sufre de autismo y necesita control permanente porque a veces es incontrolable y a eso se suma que consume mucha agua; en todo momento pide agua, tetero y aguadepanela", dijo Gerardo Ramirez.


Don Gerardo contó que sus nietos se llaman Juan Camilo, de 6 años, y Angy Rocío, de 8 años. "La niña quería quedarse conmigo, pero su mamá optó por llevarla a Arauca", agregó.


El padre de la sargento recordó que le ayudó con dinero para el desplazamiento por tierra y el transporte del trasteo en un camión. "Me dijo que el viaje era costoso por los peajes y la gasolina. Dios quiera que esta pesadilla termine pronto y que mi hija y mis nietos sean liberados sanos y salvos", concluyó.

eltiempo.com



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