
Laura Gómez, Michael Poettoz y Carlos Quintana tienen algo en común: serán los únicos representantes de Colombia en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
Cada uno de ellos sabe a lo que se expone. Los tres entienden que tratarán de hacer lo mejor y no prometen nada más que sacrificio y ganas de dejar la bandera del país en alto.
Los tres son muy realistas, por eso no prometen podios, ni medallas. Colombia no tiene una extensa historia en esta clase de certámenes y ellos han llegado a Pekín a punta de sacrificio, con más ganas que una excelente preparación.
Gómez, Poettoz y Quintana hacen lo que pueden. Se medirán en sus disciplinas a los mejores del mundo y las aspiraciones son mínimas. Clasificar a una final sería para ellos colgarse una medalla de oro, pero llegan a los Olímpicos con los pies en la tierra.
Será la cuarta vez que Colombia tenga representante en las justas de invierno, luego de que Cynthia Denzler fuera la pionera en las competencias del 2010 en Vancouver, Canadá.
Dos repitentes
Será la cuarta vez que Colombia tenga representante en las justas de invierno, luego de que Cynthia Denzler fuera la pionera en las competencias del 2010 en Vancouver, Canadá.
Gómez y Poettoz repiten. Tuvieron la oportunidad de estar hace cuatro años en Pieonchang, Corea del Sur, y quieren mejorar lo que hicieron.
“Estaré en la competencia de mass start. Es la única prueba que se corre en grupo. Son 16 vueltas y después de la primera se abren las puntuaciones. En el giro final hay puntuación de 60, 40, 20, 10 y tres unidades, el oro será para la que se imponga en ese giro final”, cuenta Gómez.
Ya sabe lo que es ir a unos Olímpicos, pues en Corea del Norte tuvo la oportunidad de perder el miedo escénico.
“En los pasados me sentí bien. La preparación fue muy pobre. Me di cuenta poco antes de los Juegos que había clasificado. Con esa experiencia mi meta en Pekín será ir a la final, no lo pude hacer hace 4 años”, precisó Laura Gómez, que nació el 17 de julio de 1990 en el Carmen de Viboral, Antioquia.
Haber estado en los Juegos de hace cuatro años le ha ayudado a trabajar en sus falencias. Lo ha hecho mejorando la técnica, aunque señala que a pesar de haber tenido la opción de haber estado en Corea del Sur se sigue considerando como una novata.
Laura comenzó en el patinaje de carreras, ese en el que Colombia siempre gana el Mundial. Ha representado el país en ese certamen, en panamericanos, Suramericanos y llegó al patinaje en hielo porque en el 2017 se quedó por fuera de la Selección Colombia y eso para ella fue una desilusión.
“Cuando conocí la noticia me trasladé a Estados Unidos. La idea era mejorar el inglés, pero la verdad fue que lo hice para pasar la página”, contó Gómez, quien es profesional en Ingeniería biomédica, carrera que no ejerce.
Pero las decepciones en el patinaje de ruedas no se superaron. Volvió al país y se propuso la meta de estar en la Selección. Sin embargo, en el 2020 tampoco figuró en el listado, por lo que se regresó a Estados Unidos.
“Cuando vengo me radico en Salt Lake City, porque es el centro de los colombianos, donde está el proceso, donde la fedepatin tiene sus contactos. Son pocos los sitios en el mundo para esto y acá es el más cercano”, precisó Laura Gómez, quien es hija de Julio Gómez, ya fallecido, y de María Eugenia.
En sus ratos libres, Gómez lee, ve series de televisión y hasta le saca minutos al día para pasear los perros cuando viene a Colombia.
“Cuando pasen los Olímpicos regresaré a mi país. Allí volveré al patinaje de ruedas de Antioquia”, contó.
Poettoz nació el de marzo del 2000, en Pereira, lo recibió la pareja de franceses formada por Michel y Cécile Poettoz, sus padres adoptivos, quienes regresaron cuatro años después y se llevaron a Carolina, otra niña adoptada, hoy el otro amor de Michael.
Llega a sus terceros Juegos, dos de mayores y los otros juveniles, y lo hará en las pruebas de slalom y slalom gigante, en las que tiene experiencia. De los tres, es el que llega mejor curtido, con ‘horas de trabajo y entrenamiento’.
“Me gusta dar lo mejor en el deporte, por eso me siento orgulloso de estar en una olimpiada. Desde pequeño mis padres vieron mi potencial, y luego los entrenadores, tanto que he podido llegar hasta donde estoy”, precisó.
No estará en la inauguración de las justas, pues su participación en los Juegos será desde el 13 de febrero, por lo que ajusta fuera de la competencia.
Sufrió un accidente hace tres meses. Presentó algunas molestias en las costillas, pero no pasó a mayores. Paró un poco sus entrenamientos, pero llega a Pekín en inmejorables condiciones.
Conoce a Colombia, no como quisiera, pero Michael ha tenido la oportunidad de venir al país, de compartir con otros deportistas y, al menos, empaparse de sus raíces.
“Pocas veces he ido a Colombia, conozco algo de su historia y, claro, de la mía. Tengo las dos nacionalidades, y eso me hace tener un compromiso con los países, así sea a la distancia”, dijo Poettoz, que nació en Cali el 21 de agosto de 1998.
Quintana tiene una historia parecida a la de Laura. Ambos comenzaron en el patinaje de ruedas, pero Carlos pasó por el sky y llegó al triathlón, deporte que le ha dado muchas satisfacciones, pues ha ganado medalla de plata y de bronce en los Juegos Nacionales.
Además, con la Selección Colombia, logró el titulo juvenil en el Campeonato Centroamericano y del caribe y fue tercero en un Suramericano, pero en la categoría Sub-23.
Le llega la opción, por primera vez, de ir a los Olímpicos, y no la quiere desperdiciar, por eso pasa temporadas en España, con el fin de entrenar, de mejorar su técnica.
“Me levanto muy motivado, a veces sin creer lo que he hecho. Hace muchos años estaba esperando ir a los Olímpicos y ya lo he conseguido. El solo hecho de clasificar es una felicidad grande”, le comentó a EL TIEMPO.
Y agregó: “Clasificar es un premio, porque no tenemos dónde practicar esos deportes, desde ahí es complicado. Hay otros países latinos que tienen gente clasificada, pero ninguno vive en el país, yo sí”.
Quintana entiende que va para la ‘boca del lobo’, pero ha asumido la responsabilidad con mucho profesionalismo.
“Tenía dos metas: una, clasificar en dos pruebas, en distancia, de fondo y una sprint. Eso ya se hizo. La segunda, el plan que hemos ideado con el capitán Sebastián Uprimny es hacer menos de los 200 puntos. Es un deporte nórdico, desde niños esos deportistas ya lo tienen en la sangre, nos llevan mucha distancia. Lo ideal es que Colombia pueda ir mejorando”, indicó.
Carlos Quintana nació el 16 de febrero de 1985 en Pereira. Su papá es Luis Carlos Quintana y su mamá Olga del Carmen Morales. Se levantó al lado de María Catalina, su hermana, y se graduó de técnico en deportes en la Universidad Andina.
“Estoy dedicado al deporte. Tengo un local y vivo de eso, del arriendo. Mi mamá murió hace cinco años y me lo dejó. Desde hace cuatro años viajo a España a entrenar en la zona de Andorra”, comentó.
Clasificó a los Olímpicos en el Mundial en Alemania y una vez se confirmó el cupo el apoyo del Comité Olímpico Colombiano (COC) ha sido fundamental para él.
“Tengo el pasaporte colombiano y puedo entrar a Europa por 90 días solamente. He sido muy cauto con eso y me quedo en España tres meses y vuelvo a Colombia, donde entreno con un tipo de patines más largos, con bastones, con otro tipo de punta para que no me resbale. No es lo ideal, porque en mi país no se tiene la nieve. La gente me ve entrenando y les causa curiosidad”, comentó Quintana.
eltiempo.com