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Cansancio permanente y aumento de peso pueden ser indicios de esta enfermedad


De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el aumento de peso y el cansancio permanente son síntomas que pueden advertir sobre hipotiroidismo.


“Al principio, los síntomas del hipotiroidismo son apenas perceptibles, como el cansancio o el aumento de peso. O simplemente puedes atribuírselos al envejecimiento. A medida que el metabolismo continúa ralentizándose, es posible que los problemas sean más evidentes”, explica.


Asimismo, también se pueden presentar otras señales de advertencia como:


Fatiga

Aumento de la sensibilidad al frío

Estreñimiento

Piel seca

Aumento de peso

Hinchazón de la cara

Ronquera

Debilidad muscular

Nivel de colesterol en sangre elevado

Dolores, sensibilidad y rigidez musculares

Dolor, rigidez o inflamación de las articulaciones

Períodos menstruales irregulares o más intensos de lo normal

Afinamiento del cabello

Ritmo cardíaco lento

Depresión

Memoria deficiente

Glándula tiroides agrandada (bocio)


El hipotiroidismo, también conocido como tiroides hipoactiva, es una enfermedad que ocurre cuando la glándula tiroides no produce las hormonas suficientes para las funciones del organismo.


“Las hormonas tiroideas controlan la forma como el organismo usa la energía, por lo que afectan casi todos los órganos, incluso la forma como late el corazón. Si no hay suficientes hormonas tiroideas, se disminuyen muchas de las funciones del organismo”, explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus sigla en inglés).


La obesidad y el sobrepeso son detonantes de diversos problemas de salud. Para reducir el colesterol es necesario comenzar a cambiar hábitos de vida.


Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, reseña los factores que incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad:


Ser mujer

Tener más de 60 años

Haber tenido un problema de tiroides anteriormente, como bocio

Haber sido sometido a cirugía para corregir un problema de tiroides

Haber recibido radioterapia en la tiroides, el cuello o el tórax

Tener antecedentes familiares de enfermedad de la tiroides

Haber estado embarazada o tener un bebé en los últimos 6 meses

Tener el síndrome de Turner

Tener anemia perniciosa

Tener el síndrome de Sjögren

Tener diabetes tipo 1

Tener artritis reumatoide

Tener lupus

El tono rojizo en las articulaciones es el síntoma más claro de molestas en las articulaciones. Sin embargo, no siempre se trata de algo negativo.


En caso de cumplir con algún factor o sospechar de algún síntoma se debe consultar a un doctor para recibir atención profesional.


Hipertiroidismo

Contrario al hipotiroidismo, esta enfermedad se desarrolla debido a que la glándula tiroides produce una cantidad excesiva de sus hormonas, más de las que el cuerpo necesita. Esto suscita que haya problemas en el funcionamiento del organismo. Medline Plus menciona algunos de sus síntomas:


Nerviosismo o irritabilidad.

Fatiga.

Debilidad muscular.

Problemas para tolerar el calor.

Problemas para dormir.

Temblor, generalmente en las manos.

Latidos cardíacos irregulares o rápidos.

Deposiciones frecuentes o diarrea.

Pérdida de peso.

Cambios de humor.

Cáncer de tiroides

Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, el cáncer de tiroides puede clasificarse en dos variables. La primera es el cáncer de tiroides diferenciado, el cual incluye los tumores bien diferenciados, los pobremente diferenciados y los indiferenciados. La segunda es el cáncer de tiroides medular.


En el caso de los tumores bien diferenciados, generalmente se curan con un tratamiento médico específico. Por su parte, los pobremente diferenciados e indiferenciados son menos comunes, crecen y se diseminan muy rápido, por lo que la probabilidad de una recuperación puede es más baja.


Existen algunos factores que incrementan el riesgo de padecer cáncer de tiroides:


Tener entre 25 y 65 años.

Ser mujer.

Haberse expuesto a radiación dirigida en la cabeza y cuello durante la lactancia o niñez.

Haberse expuesto a lluvia radioactiva.

Tener historial de agrandamiento de la tiroides.

Tener antecedentes familiares de enfermedad de la tiroides o cáncer de tiroides.

Ser de origen asiático.

Tener un carcinoma de tiroides medular familiar (CTMF).

Tener el síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2A (NEM2A).

Tener el síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2B (NEM2B).

semana.com

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